sábado, 17 de noviembre de 2012

JESUS DIJO YO SOY EL PAN DE VIDA

Él es exactamente el Salvador que se ajusta a las necesidades de todas las clases; necesitamos saciarnos con su carne, con su sangre, con su justicia, con su intercesión y con su gracia. O tenemos a Cristo o morimos en nuestros pecados. No hay otro camino sino el verdadero, el que da la vida, y vida en abundancia Juan 10:10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Debemos ir a Jesús por fe; creer en Él y poner nuestras almas en sus manos. Si vamos de esta forma Cristo nos acoge y no se negará a salvar a todo aquel que acuda a Él, sin importar lo que haya sido anteriormente. Así, pues, debemos aferrarnos, confiar y depositar todo el peso de la salvación sobre Cristo. Cuando esto sucede, Él nos recibe con misericordia, nos perdonará, y nos recibirá como sus hijos amados para darnos vida eterna. (“Y al que a mí viene, no le echo fuera" Juan 6: 37)

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